Con una personalidad alegre y auténtica, César nos cuenta cómo ha sido su transformación dental tras pasar por ortodoncia y carillas. Aunque siempre ha confiado en sí mismo, reconoce que ahora sonríe con más libertad y disfruta de una imagen que refleja mejor su forma de ser. En esta entrevista, comparte su experiencia desde la decisión hasta el impacto que ha tenido en su día a día.
¿Qué te motivó a ponerte carillas?
Me motivó que, al verme los dientes en su sitio, pues la sonrisa no era bonita. Eran unos dientes muy pequeñitos.
Entonces me tuve que poner las carillas, porque nunca en la vida me había visto con esta sonrisa, y por lo menos ahora puedo disfrutar de una sonrisa normal. Si no hubiera tenido el bruxismo y la sobremordida, no me lo habría planteado, pero fue necesario.
¿Ha cambiado tu confianza después de la ortodoncia y las carillas?
Mi confianza no ha cambiado porque siempre he confiado en mí, pero sí que es verdad que te ríes más a gusto de cara a la gente, te ves mejor… y ha sido una experiencia muy bonita, la verdad.
Soy una persona muy risueña y, en mi día a día, soy así. Entonces, verme con esta sonrisa… pues me gusta, la verdad.
¿Tu entorno se fijó en tu nueva sonrisa?
Sí, sí, alucinaron. Dijeron: “¡Jolín, qué dientes más perfectos!”. Lo que más les impactó fue que no se ve artificial, es una sonrisa muy normal, muy natural. También elegimos un color que era adecuado a los dientes que yo tenía, y la gente alucinaba, la verdad.
Tu experiencia en una sola palabra…
Impresionante.
Gracias, César, por tu sinceridad, tu buen humor y por compartir cómo ha sido este proceso. Tu sonrisa, tan natural como tu forma de ser, es el mejor reflejo de un trabajo bien hecho. Nos alegra haberte acompañado en este camino.