Mantener una buena higiene oral es importante desde el mismo momento en el que empiezan a salir los dientes. De hecho, la aparición de caries en dientes de leche puede acarrear una gran cantidad de problemas. Por eso, no solo es importante tratarla, sino, ante todo, prevenirla.
La caries dental en niños nos preocupa enormemente a los profesionales. Según el Consejo General de Dentistas, en España, el 31% de los niños menores de 6 años tiene caries. Y lo más preocupante es que se calcula que entre el 80% y el 90% no recibe el tratamiento imprescindible. Por ello, por su elevada prevalencia, se considera como la enfermedad crónica más frecuente en la infancia.
La caries infantil y sus consecuencias
La caries en dientes de leche puede afectar seriamente al niño. Por un lado, porque no solo causará molestias, también puede provocar un dolor intenso si alcanza la pulpa. Y, por otro, porque es importante que los dientes estén sanos para que el niño pueda masticar y hablar correctamente.
Además de ello, una caries no tratada es capaz de afectar a los dientes definitivos. Si hay una pérdida dental, el resto de las piezas se moverán para ocupar su lugar, lo que puede generar problemas en la erupción de los dientes definitivos. Y también puede darse el caso de que la nueva dentadura nazca con manchas como consecuencia de la infección causada por la caries.
En todo caso, la detección precoz es fundamental. La caries de la primera infancia es muy agresiva, pero se puede detener a tiempo. El primer síntoma es una especie de mancha blanca que nace en el borde de la encía en los incisivos superiores. Por eso, hay que levantar el labio del niño de vez en cuando y comprobar que no hay rastro de manchas.
Si se percibe algún tipo de mancha se debe acudir a la consulta del odontopediatra de inmediato. El especialista puede tomar las medidas adecuadas para evitar su avance y la aparición de caries en dientes de leche.
¿Cómo prevenir la caries de la primera infancia?
Aunque se pueda, y de hecho se deba, tratar la caries en dientes de leche, la prevención es el arma más eficaz para luchar contra ella. Lo más importante es cuidar la higiene oral desde que nace el primer diente. Si el niño es muy pequeño, basta con pasar una gasa humedecida por la superficie dental.
Cuando son más mayores es importante emplear un cepillo y una pasta adecuados. Conviene que el niño adopte la rutina de una buena higiene oral desde muy pequeño. En principio, deben ser los padres quienes le cepillen los dientes. Cuando sea más mayor y pueda hacerlo solo, simplemente habrá que vigilar que lo haga correctamente.
Pero no solo la higiene oral es básica, también lo es la alimentación. En sus dos primeros años de vida conviene evitar totalmente el consumo de azúcares refinados, ya que es cuando existe mayor sensibilidad a la aparición de caries. Y, cuando sean más mayores, hay que controlar y limitar las cantidades.
No solo es necesario evitar los dulces y cualquier producto azucarado, también los hidratos de carbono. Al metabolizarse, estos producen también azúcares que pueden dañar el esmalte dental.
Además, se debe evitar mojar el chupete en cualquier tipo de líquido o sustancia azucarada. Nunca hay que usar el biberón con otra cosa que no sea leche, ni tampoco dejar al niño con él en la boca durante mucho tiempo, aunque sea de leche.
Finalmente, es imprescindible una visita al dentista y revisiones periódicas, incluso en el caso de niños muy pequeños. Detectar y frenar la caries infantil cuando ya ha aparecido es fundamental tanto para evitar molestias como para prevenir de forma temprana posibles afecciones en los dientes definitivos.
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