También puedes escuchar este artículo desde nuestro podcast
El miedo a ir al dentista es muy habitual. Pero es un temor realmente infundado que puede tener graves consecuencias para la salud. ¿Se puede evitar? Tal vez sea complicado en algunos casos, pero sí se puede controlar. Y tú puedes ayudar a tus seres queridos a conseguirlo. ¿Cómo? Explico algunas pautas básicas.
Identificar el origen del miedo al dentista
A veces, puede ser el pinchazo de la anestesia. Otras veces es el temor al dolor, la incomodidad de tener que estar mucho tiempo con la boca abierta o el instrumental. Y puede que ese miedo a ir al dentista derive de una mala experiencia anterior o de comentarios de otras personas.
Una forma eficaz para superar el temor y miedo a ir al dentista es analizarlo con calma. Escucha a esa persona y cuéntale tu experiencia, si crees que puede ayudarle. Saber de dónde viene ese miedo, compartirlo y compararlo con experiencias o puntos de vista diferentes puede ser un primer paso para enfrentarse a él.
Acudir al dentista acompañado
Tu compañía puede ser el mejor apoyo para animar a ese familiar a acudir a la clínica dental. El hecho de no estar solo ante una situación estresante aporta confianza. Y también ayuda a distraerse y olvidarse de esos temores, sobre todo, en los momentos de espera.
Solicitar toda la información necesaria
Si quieres ayudar a un familiar, por tu parte puedes compartir tu experiencia en visitas al dentista y explicarle la importancia de prevenir y mantener una buena salud oral para evitar la aparición de enfermedades en las encías o la pérdida de piezas dentales.
Sin embargo, nadie como el profesional para tranquilizar ante cualquier tratamiento. Los dentistas sabemos que el miedo puede ser un gran enemigo, por eso, explicamos claramente a nuestros pacientes en qué consisten los diferentes procedimientos y cómo se realizan. Saber a lo que uno se enfrenta ayuda a relajarse.
Así, por ejemplo, en casos más extremos podemos aconsejar la posibilidad de una sedación consciente. Lo importante es no dejar a un lado la salud dental por temor a situaciones que no tienen por qué darse.
Además, hoy en día, existen tratamientos indoloros, mucho más rápidos y en muchas ocasiones, sin cirugía. Un odontólogo puede recomendar en cada caso el tratamiento más adecuado para cuidar la salud dental y al tiempo superar el miedo al dentista.
Ir poco a poco
Tal vez eres consciente de que esa persona a la que aprecias necesita un tratamiento complejo, como pueden ser implantes. Pero si oye hablar de cirugías, por ejemplo, es posible que ni se plantee pisar la consulta del dentista. ¿Cómo convencerle? Lo mejor es ir poco a poco para que vaya adquiriendo confianza.
Por ejemplo, puede empezar con una sencilla limpieza dental, un procedimiento sencillo y que apenas causa molestias. Pasito a pasito, con tu ayuda y la del profesional, irá perdiendo ese temor.
Explica la visita al dentista como algo natural
Este es un consejo especialmente dirigido a quienes tienen hijos. Los más pequeños no cuentan con ideas preconcebidas ni experiencias que les puedan condicionar. Por ello, se les debe inculcar desde muy pequeños la necesidad de tener una buena higiene oral y la importancia de visitar al dentista, que en realidad es el mejor amigo de sus dientes.
Háblales con naturalidad de las revisiones dentales y llévalos a consulta con calma, como si fuera una actividad más. Así no lo percibirán como algo a lo que hay que temer, sino como algo completamente natural. Incluso pueden verlo como algo muy divertido si participan en actividades como las del Club Secreto Carralero.
Es importante evitar el miedo a ir al dentista desde la infancia y en eso tu papel es esencial. En el caso de los adultos, compartir la experiencia propia, dar ejemplo y servir de apoyo pueden ser de gran utilidad para que esa persona, que se resiste a pisar la consulta, dé el primer paso.
¿Y qué podemos hacer los especialistas? Ofrecer información, experiencia y disponer de los últimos avances en técnicas de odontología, como es el caso de nuestra clínica dental en Xàtiva.
Pide cita con toda la tranquilidad, para ti o para un familiar, porque trabajamos por tu salud.