Los probióticos son microorganismos, en muchos casos bacterias, que influyen positivamente en el organismo. A nivel popular es conocido su efecto para equilibrar la flora intestinal. Pero sus beneficios van mucho más allá. Es el caso de los probióticos orales, que ayudan a mantener a raya a esas otras bacterias perjudiciales para la salud de la boca y que son responsables de infinidad de patologías.
Qué son y cómo actúan los probióticos orales
Para entender cómo actúan los probióticos orales, primero, hay que saber que en la boca conviven infinidad de microorganismos, es lo que se denomina microbioma oral. Se compone de bacterias, virus y hongos que mantienen un complejo equilibrio. Cuando este se altera, por ejemplo, por una deficiente higiene dental, los microorganismos patógenos encuentran condiciones adecuadas para proliferar. Es entonces cuando se incrementa el riesgo de aparición de enfermedades.
Los probióticos orales se componen de cepas muy específicas de bacterias “buenas”. Su función es frenar el desarrollo de patógenos perjudiciales y favorecer el de aquellos otros que son beneficiosos, de modo que se restablezca el equilibrio de la microbiota. La bacteria más común, aunque no la única que se emplea en prevención dental, es el Lactobacillus reuteri.
¿Pero cómo actúan los probióticos orales? Básicamente, lo que hacen es crear una barrera protectora, lo que se denomina biofilm. Esta evita que esos microrganismos perjudiciales puedan alcanzar los tejidos de la boca y desembocar en inflamación de encías o en caries, entre otras patologías. Si hay inflamación, contribuyen a reducirla, además de que estimulan el sistema inmunológico de la cavidad oral.
Existe otra característica que diferencia a los probióticos orales de otros más conocidos: se toman normalmente en forma de tabletas que se disuelven en la boca, pastillas masticables o enjuagues bucales. De esta forma, la acción es más rápida y directa. En cualquier caso, siempre se deben tomar bajo prescripción del especialista. Tu dentista determinará si es necesario realizar una limpieza profesional previa para eliminar el sarro e indicará el mejor momento para incrementar la efectividad de los probióticos.
Probióticos orales e implantes dentales
Las bacterias nocivas presentes en la boca son responsables de patologías orales tan serias como la caries o la gingivitis, que puede derivar en enfermedad periodontal si no se trata a tiempo. También son responsables en muchos casos de la halitosis, del mal olor de boca.
Pero su acción también puede reducir el éxito de tratamientos dentales como los implantes dentales. Uno de los mayores factores de riesgo es la aparición de periimplantitis. Se trata de una inflamación de los tejidos blandos que rodean el implante. Si no se trata a tiempo, esta patología no solo afecta a esos tejidos, también puede provocar pérdida ósea y el fracaso del implante.
El tratamiento preventivo es fundamental. De hecho, estudios genéticos microbiológicos permiten avanzar la posibilidad de padecer mucositis periimplantaria, ese proceso inflamatorio previo. En el caso de que este ya manifieste síntomas, hay investigaciones que han puesto de manifiesto el efecto beneficioso de los probióticos orales, en concreto del Lactobacillus reuteri Prodentis.
Ahora bien, es fundamental ser conscientes de que ningún tratamiento, incluida la toma de probióticos orales, es eficaz si no se dan dos condiciones. La primera es un estrecho control por parte del odontólogo. La segunda condición es que es indispensable una rigurosa higiene dental, también cuando se llevan implantes porque los probióticos no son un sustitutivo del cepillo y el hilo dental.
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