La edad, el consumo habitual de bebidas como café o vino, alimentos rojos o ciertos medicamentos pueden provocar manchas en los dientes o un color anómalo del esmalte. El blanqueamiento dental es el tratamiento que permite rebajar varios tonos el color de los dientes y para mantener los resultados es conveniente seguir una dieta blanca.
Qué es y por qué hay que seguir una dieta blanca
La dieta blanca se compone fundamentalmente de alimentos y bebidas sin color, es decir, que no tengan pigmentos. También hay que evitar el consumo de cítricos y de cualquier tipo de ácidos.
Existe para ello una razón. En el blanqueamiento dental se emplean productos y técnicas que hacen que el esmalte adquiera porosidad. Son tratamientos seguros, siempre que los realice o prescriba un profesional, y el esmalte recupera su impermeabilidad en dos o tres días. Pero en ese periodo inmediatamente posterior al blanqueamiento existe el riesgo de que el esmalte pueda mancharse.
Al consumir alimentos o bebidas carentes de pigmentos, el riesgo de aparición de manchas desaparece. Independientemente de que se realice el tratamiento solo en la clínica o combinado con tiras blanqueantes en casa, lo ideal es mantener la dieta blanca durante todo el proceso y al menos cinco días después de finalizado. De esta manera se da tiempo suficiente al esmalte dental para que se recupere.
Alimentos permitidos y prohibidos en una dieta blanca
Puede parecer que una dieta blanca es muy limitada. Nada más lejos de la realidad. El consejo es no dejar la elaboración el menú para el último momento, de esa forma será mucho más fácil conseguir que sea atractivo y variado.
Qué se puede comer después del blanqueamiento
La lista de alimentos permitidos es inmensa, lo que permite llevar una alimentación sana y, sobre todo, muy apetecible.
- Lácteos y derivados están permitidos, aunque conviene evitar yogures con frutas rojas.
- Verduras: preferiblemente blancas o de color claro como coliflor, calabacín, repollo, puerro o espárragos blancos. Sin embargo, y salvo alcachofas y espinacas, se pueden consumir también el resto de verduras.
- Hidratos de carbono: patatas, arroz y pasta sin salsa, cereales blancos, pan, etc.
- Legumbres: alubias blancas, soja y garbanzos.
- Carne: pavo, pollo, conejo, fiambres sin colorantes.
- Pescados y otros productos de mar: pescados blancos, sepia, calamar, atún en conserva, almejas, navajas, etc.
- Frutas: manzanas, peras, melón, chirimoyas, plátano y, en general, frutas poco pigmentadas.
- Otros alimentos: huevos, frutos secos blancos, bebidas vegetales (soja, avena, almendra, etc.) y aceite de oliva.
Qué hay que evitar en una dieta blanca
El color es el mejor indicativo para descartar alimentos que puedan perjudicar al esmalte y poner en riesgo los resultados de un blanqueamiento dental:
- Alimentos vegetales como lombarda, remolacha, zanahorias, batata, calabaza o espinacas.
- Frutas ácidas o con color como cítricos, cerezas, fresas, kiwis, ciruelas, etc.
- Café, té, vino tinto, cerveza y bebidas isotónicas o refrescantes.
- Salsas y especias: soja, vinagre de Módena, kétchup, mostaza, pimentón o curry entre otras.
- Carnes rojas, pescado azul y alimentos muy grasos.
- Otros alimentos: judías pintas, chocolate negro, golosinas, zumos de frutas y helados.
Otros consejos para mantener los resultados del blanqueamiento dental
Además de cuidar la alimentación, es importante seguir algunas recomendaciones, como evitar el tabaco, hidratarse muy bien para una adecuada producción de saliva, recordar que el cloro de las piscinas puede afectar al esmalte y, ante todo, mantener una adecuada higiene oral con la pasta de dientes que recomiende el dentista.
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