Todos, en algún momento respiramos por la boca, por ejemplo, cuando practicamos deporte o estamos resfriados. Las personas que padecen síndrome de respiración bucal lo hacen constantemente. Es una alteración patológica que puede tener consecuencias severas tanto para la salud como para el desarrollo normal de la estructura de la cavidad oral. Por eso, es muy importante detectarlo en niños e iniciar un tratamiento adecuado cuanto antes.
¿Cuáles son las causas del síndrome de respiración bucal?
Este síndrome puede estar provocado por diferentes factores. Los más relevantes son los funcionales o anatómicos. Estos causan la obstrucción de las vías aéreas superiores, obligando a respirar por la boca.
Entre esos factores se incluyen desde desviaciones del tabique nasal a hipertrofia de adenoides, pólipos o retroceso de la mandíbula provocado por chuparse el dedo. También pueden mencionarse otros desencadenantes como alergias, asma, sinusitis o rinitis, patologías todas ellas que dificultan la respiración nasal.
A ellos habría que añadir el simple hábito. En ocasiones, personas que han sufrido el síndrome de respiración bucal siguen respirando por la boca, a pesar de que aquellos factores funcionales que lo provocaban se han tratado con éxito.
Consecuencias del síndrome de respiración bucal
Respirar por la boca tiene consecuencias para la salud en general. El aire que entra al organismo por la nariz lo hace filtrado, humidificado y a una temperatura adecuada, fundamental para prevenir enfermedades respiratorias. Al inhalar el aire por la boca, ese proceso no se produce.
El síndrome de respiración bucal, por otra parte, puede dificultar el retorno venoso, así como elevar el riesgo de ronquidos y de apnea obstructiva del sueño. Y también puede causar alteraciones en la postura de la cabeza, el cuello y el cuerpo que sobrecargan la musculatura del tercio superior. En lo que se refiere a la salud oral, entre esos efectos negativos cabe destacar los siguientes:
- Respirar por la boca puede provocar un crecimiento anómalo de los huesos que conforman la estructura de la cavidad oral. Este hecho se refleja, por ejemplo, en paladares estrechos.
- Existe el riesgo de que se desarrollen asimetrías faciales, puesto que respirar por la boca obliga a masticar solo por un lado, desarrollando así más un lado de la cara que el otro.
- Se eleva el riesgo de padecer síndrome de la boca seca. La saliva es un protector natural de los dientes, por ello, este es un factor que puede significar mayores posibilidades de caries y enfermedad periodontal, además de mal aliento.
- También se incrementan las posibilidades de desarrollar maloclusiones dentales. El motivo es que, para respirar bien por la boca, la lengua se coloca en una posición muy baja y los labios no se cierran. El resultado suele ser una mordida abierta.
Detección y tratamiento
La detección temprana es esencial y los niños que sufren síndrome de respiración bucal suelen mostrar algunos síntomas claros. Entre ellos se pueden mencionar: tos seca o nocturna, dificultades para respirar, apneas del sueño o problemas para deglutir. En ocasiones, también se identifican con este hábito malposiciones dentarias, paladares altos o profundos y labios muy característicos (el superior delgado y el inferior grueso).
Ante cualquier síntoma o sospecha, lo aconsejable es que sea un especialista quien realice una valoración. Hay que tener en cuenta que el síndrome de respiración bucal es complejo y suele necesitar un abordaje multidisciplinar.
El otorrino se encargaría del tratamiento para despejar las vías respiratorias. Mientras, es el logopeda quien debe diseñar la rehabilitación con terapias que ayuden a corregir alteraciones de la articulación o a tonificar la musculatura de la boca.
También el papel del dentista es esencial. En primer lugar, en la detección precoz del síndrome de respiración bucal. Y, en segundo lugar, en los tratamientos destinados a prevenir y corregir esos problemas orales que causa. Esos tratamientos pueden variar según las características de cada paciente:
- Expansores de paladar para corregir maxilares estrechos y mordidas cruzadas.
- Ortodoncia para alinear correctamente los dientes y corregir maloclusiones.
- Ortodoncia interceptiva en pacientes en etapa de crecimiento para facilitar un desarrollo mandibular adecuado y prevenir maloclusiones o problemas en la mordida.
En nuestra clínica dental en Xàtiva contamos con un equipo multidisciplinar especializado en odontopediatría y ortodoncia para ayudar a los más pequeños a corregir problemas a la hora de masticar o de respirar, y propiciar el correcto desarrollo de las vías respiratorias.
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