Encías retraídas: Causas de la retracción gingival, consecuencias y tratamiento

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La retracción de encías (recesión gingival) puede causar sensibilidad y aumentar el riesgo de caries radicular. En este artículo explicaremos por qué se retraen las encías, qué riesgos o problemas puede generar esta retracción y, sobre todo, cuáles son los tratamientos para encías retraídas que se pueden aplicar.

¿Cuándo conviene tratar las encías retraídas y en qué casos basta con corregir hábitos y vigilar su evolución? Te damos toda la información que necesitas conocer: desde las recomendaciones y cambios de higiene dental que debes seguir hasta las opciones terapéuticas que existen para tratar este problema.

También hablaremos de las principales técnicas de periodoncia plástica (colgajos, injertos y matrices) indicadas en caso de retracción gingival severa, así como los resultados que puedes esperar tras una intervención quirúrgica, los tiempos de recuperación y el mantenimiento.

El objetivo es que puedas entender tu diagnóstico, saber si eres candidato a tratamiento de encías retraídas y qué decisiones pueden proteger tus encías a largo plazo.

¿Qué es la retracción de encías?

La retracción de encías (también llamada recesión gingival) es el desplazamiento del borde de la encía hacia la raíz del diente, lo cual provoca que esta quede expuesta. La retracción gingival hace que el margen de la encía se aleja de la corona dental. Esto hace que los dientes se vean más largos, y puede generar sensibilidad o dolor con el consumo de alimentos fríos o calientes o durante el cepillado.

¿Es lo mismo retracción de encías y recesión gingival?

Sí, «retracción de encías» y «recesión gingival» se usan para referirse al mismo fenómeno: la exposición de la raíz del diente causada por el desplazamiento o retroceso del margen de la encía hacia ella. «Recesión gingival» es el término clínico/técnico que verás en diagnósticos y artículos. «Retracción de encías» es la forma más usada por pacientes y en contenido de divulgación.

¿Por qué se retraen las encías?

La retracción de encías suele ser la consecuencia de procesos que afectan al soporte del diente (ligamento y hueso) o de microtraumas repetidos sobre una encía especialmente fina. La aparición de este problema es multifactorial. Veamos cuáles son las causas más frecuentes:

Causas de las encías retraídas

  • Enfermedad periodontal. Es la causa más frecuente. La placa bacteriana mantenida en el tiempo provoca inflamación crónica; y esta inflamación daña el ligamento periodontal y el hueso que rodea la raíz. Cuando el soporte se pierde, el margen de la encía tiende a migrar hacia apical (hacia la raíz). Factores como el tabaco, la diabetes mal controlada, el estrés, ciertos fármacos, los cambios hormonales o la predisposición genética, aunque no generan por sí solos la recesión, favorecen la periodontitis, ya que agravan la respuesta inflamatoria y aceleran la destrucción del soporte, causando recesión gingival.
  • Traumatismo mecánico. Un cepillado excesivo, brusco o muy vigoroso, el uso de cepillos de cerdas duras o una técnica inadecuada pueden ir erosionando el borde gingival con los años, sobre todo en personas con biotipo fino (encía y hueso delgados). A esto se suma el bruxismo o una mordida descompensada: las fuerzas excesivas concentradas en el cuello del diente favorecen lesiones en cuña (abfracciones) y facilitan que el margen gingival “ceda” y se desplace.
  • Posición dental, anatomía y ortodoncia. La posición de los dientes en el hueso también influye. Cuando un diente está muy hacia fuera del arco o su raíz queda cercana a una pared ósea muy delgada, el recubrimiento de encía es menor y más vulnerable; movimientos de ortodoncia mal planificados pueden empujar la raíz fuera del “envoltorio” óseo y desencadenar recesión.
  • Tracciones de tejidos: Del mismo modo, un frenillo insertado alto o bandas musculares tensas pueden traccionar continuamente del borde gingival y contribuir al problema.
  • Microtraumas funcionales y hábitos irritantes: Hay además factores locales y de hábito que suman: los piercings orales que golpean la encía, las restauraciones con márgenes sobresalientes o demasiado profundos que irritan el tejido, la respiración bucal que deshidrata las encías, son situaciones por las que se van acumulando microtraumas.
  • Edad y tratamientos: Con el paso del tiempo o después de tratar una encía inflamada es habitual que se vea más raíz. No es que la terapia causen la recesión sino que al desaparecer la hinchazón se revela la verdadera posición del tejido.

Tratamiento de las encías retraídas

Para tratar la retracción de encías hay dos actuaciones fundamentales: primero es necesario controlar la causa que la está provocando y después, si hace falta, rehabilitar el tejido para cubrir la raíz o reforzar la encía. A veces con corregir hábitos y tratar la encía enferma es suficiente; en otras, se recurre a procedimientos de periodoncia plástica para mejorar sensibilidad, estética y salud a largo plazo.

Corregir hábitos y abordar las causas de la retracción gingival

El punto de partida es siempre higiénico-funcional. Si la recesión está favorecida por un cepillado agresivo, basta con aprender una técnica de cepillado suave con cepillo blando.

Muchos pacientes consultan por la sensibilidad de la raíz expuesta. En estos casos, usar pastas desensibilizantes y barnices de flúor aplicados en consulta puede ayudar. Si hay bruxismo, habrá que proteger los dientes con una férula nocturna.

si el tabaco o un frenillo tirante influyen, se aborda cada factor (deshabituación y, si procede, frenectomía).

Curetaje dental (raspado radicular): tratamiento específico para enfermedad periodontal

Cuando existe enfermedad periodontal, el tratamiento profesional para eliminar la infección es primordial. En estos casos de infección de las encías (gingivitis o periodontitis), el primer paso es eliminar la placa y el sarro adherido con limpiezas profesionales profundas y un procedimiento de raspado/alisado radicular, también llamado curetaje dental.

Sin reducir o eliminar la inflamación, cualquier intento de subir la encía fracasa o dura poco.

Restauraciones adhesivas para sellar túbulos

Si además hay una lesión cervical no cariosa (la típica “muesca” en el cuello del diente), una restauración adhesiva bien integrada ayuda a sellar túbulos y proteger la zona.

Para ciertos casos se puede planificar una solución combinada: primero se restituye la forma del cuello del diente y luego se realiza la cirugía para cubrir tanto la restauración como la raíz, de modo que el contorno quede estable y estético.

Intervenciones quirúrgicas

Cuando la recesión molesta estéticamente, progresa o deja la encía demasiado fina, se valora la cirugía plástica periodontal. Existen varios tipos de intervenciones:

  • El procedimiento más empleado para cubrir raíces es el colgajo desplazado coronalmente, que moviliza la encía de alrededor para “subirla” sobre la raíz.
  • Para aumentar el grosor y la estabilidad del margen, con frecuencia se añade un injerto de tejido conectivo tomado del paladar: es el material con mejores resultados de estabilidad en el tiempo.
  • En situaciones donde no conviene o no se desea tomar tejido del paladar, existen matrices de colágeno o dermis acelular como alternativas.
  • En recesiones múltiples contiguas pueden utilizarse técnicas “en túnel”, las cuales minimizan cortes visibles y permiten avanzar todo el frente de encía de manera uniforme.
  • Cuando el objetivo principal no es cubrir raíz sino ganar encía queratinizada (por ejemplo, para facilitar la higiene en una zona muy móvil), puede indicarse un injerto libre de encía.

La elección de la técnica depende de la anatomía local, del grosor de tu encía y de si hay o no pérdida de papila o de hueso entre dientes: en recesiones sin pérdida interproximal las probabilidades de cobertura completa son altas; si ya falta soporte entre dientes, el objetivo realista suele ser mejorar grosor, reducir sensibilidad y cubrir parcialmente.

La posición del diente también cuenta. Si la raíz está desplazada hacia fuera del hueso, a veces es preferible realizar primero ortodoncia para recentrarla dentro de su “envoltura” ósea y, después, si aún hace falta, completar con cirugía de cobertura. Este enfoque protege el resultado y reduce el riesgo de que la recesión reaparezca.

El postoperatorio de estas cirugías suele ser llevadero con anestesia local y analgesia convencional. Durante una a dos semanas se evita cepillar directamente la zona intervenida (se sustituye por enjuagues antisépticos si te los prescriben), se sigue una dieta blanda y no se fuma.

Si se toma tejido del paladar, se pueden sentir molestias en la zona unos días, pero cicatriza bien con los cuidados indicados. El resultado va madurando con el paso de las semanas: primero se ve la encía algo inflamada y, con el tiempo, recupera su aspecto y color naturales.

¿Cuándo es necesaria la cirugía?

No todas las recesiones requieren intervención quirúrgica. Una recesión pequeña, estable, sin sensibilidad ni problemas de higiene puede vigilarse mientras se corrigen hábitos y se mantienen limpiezas periódicas. Se recomienda aplicar cirugía cuando la recesión progresa, cuando hay sensibilidad persistente o caries radicular, cuando la encía es tan fina que se traumatiza con facilidad o cuando existe una demanda estética justificada.

Si la recesión causa sensibilidad, caries radicular o un problema estético, la periodoncia plástica ofrece procedimientos como el colgajo desplazado coronalmente y los injertos de tejido conectivo o matrices sustitutas. Si el frenillo tira, puede indicarse una frenectomía, y si la posición dental contribuye a la retracción, la ortodoncia puede ayudar a devolver la raíz a un entorno óseo más favorable.

No siempre es posible cubrir por completo la raíz expuesta, pero sí detener la progresión, mejorar la comodidad y reducir el riesgo de nuevas lesiones. La valoración por un odontólogo o periodoncista, con mediciones en milímetros respecto a la unión esmalte-cemento y un estudio periodontal completo, permite identificar qué factores están actuando en tu caso y planificar el abordaje más adecuado.

¿Se pueden prevenir las encías retraídas?

La mejor prevención es mantener una adecuada higiene dental y eliminar o corregir aquellos hábitos o comportamientos que pueden contribuir a la aparición de esta patología, como fumar o el bruxismo. Es importante cepillarse bien, sin ejercer excesiva presión sobre las encías, y usar hilo dental para evitar la aparición de la placa.

Pero más allá de estos buenos hábitos, es también es esencial someterse a revisiones periódicas en la consulta del dentista, ya que determinadas características anatómicas, patologías preexistentes, enfermedades o predisposiciones genéticas pueden también ser elementos desencadenantes de la retracción de encías.

Si hay síntomas de retracción gingival, un tratamiento precoz ayuda a parar y revertir el problema, especialmente cuando se elige y planifica específicamente para las causas que están originando las encías retraidas.

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