La sensibilidad dental a veces es una simple molestia, pero en ocasiones provoca un dolor agudo muy localizado. Aparece cuando los dientes tienen contacto directo con un estímulo externo, normalmente alimentos y bebidas fríos, calientes, ácidos o dulces. Pero también se puede notar al cepillarse los dientes. En España afecta a cerca de un 15% de los adultos entre 18 y 40 años.
¿Qué causa la sensibilidad dental?
La sensibilidad dental aparece cuando la dentina queda expuesta. La dentina es la parte blanda del diente. Está formada por una estructura tubular permeable que está protegida por el esmalte. Si esa capa protectora se debilita o se pierde, los estímulos externos atraviesan la dentina y alcanzan al nervio. Es entonces cuando se manifiesta el dolor.
Lo que diferencia la sensibilidad dental de algunas de las patologías orales más comunes es, precisamente, el tipo de dolor. Es intenso, localizado y desaparece cuando lo hace el estímulo. ¿Pero qué hace que los dientes se vuelvan tan sensibles? En la mayoría de los casos, el origen está en una de estas causas:
- Esmalte dental desgastado: puede deberse a un cepillado demasiado intenso, al uso de pastas de dientes o colutorios agresivos y a un consumo excesivo de alimentos o bebidas ácidos. Otra de las causas de la pérdida de esmalte es el bruxismo.
- Caries: una de las manifestaciones más habituales de esta patología es la sensibilidad dental, puesto que la caries son orificios en el esmalte a causa de los ácidos que producen las bacterias de la boca. Si hay un empaste y este se ha desgastado o perdido también aparecerá hipersensibilidad.
- Gingivitis y enfermedad periodontal: la primera es la inflamación de las encías a causa de la placa bacteriana. Mientras, la segunda provoca retracción gingival, de modo que la raíz queda expuesta. En ambos casos, una de las posibles consecuencias es la sensibilidad dental.
- Fracturas dentales: si son profundas, la dentina puede quedar desprotegida.
- Tratamientos dentales: en algunos casos puede aparecer sensibilidad dental, aunque de forma pasajera. Puede ocurrir, por ejemplo, después de un blanqueamiento o una limpieza dental o durante un tratamiento de ortodoncia.
- Determinadas patologías: reflujo gástrico, úlceras o diabetes, entre otras, pueden afectar al esmalte dental, propiciando la sensibilidad.
Cómo evitar y tratar la sensibilidad dental
Prevenir la hipersensibilidad es sencillo. Simplemente basta con mantener una adecuada higiene dental y seguir una dieta saludable baja en carbohidratos, azúcares y ácidos. También es importante evitar hábitos nocivos como rechinar los dientes o morder compulsivamente objetos.
Pero hay algunos otros consejos que conviene tener en cuenta:
- Evitar pastas de dientes abrasivas y blanqueadores no profesionales.
- Usar pastas y colutorios específicos para sensibilidad dental.
- No cepillarse los dientes con demasiada fuerza y hacerlo con un cepillo específico.
- Si se han consumido alimentos ácidos, no cepillarse los dientes de inmediato. La saliva ayuda a neutralizar los ácidos.
- Incluir en la dieta alimentos que favorezcan la remineralización dental, como lácteos o verduras de hoja verde, ricos en calcio.
- No masticar con demasiada fuerza.
Por supuesto, no hay que olvidar las visitas regulares al dentista. Limpiezas profesionales periódicas y tratamientos tempranos de caries y gingivitis no solo evitarán esa molesta hipersensibilidad, también la necesidad de realizar tratamientos más costosos, como una endodoncia o colocar una corona, cuando el esmalte está muy dañado.
El odontólogo, además, recomendará los productos adecuados para la higiene oral. Si lo considera necesario, además, puede aplicar fluoruro en las zonas sensibles o iniciar un tratamiento desensibilizante.
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Si te preocupa tu salud dental, acude a tus revisiones. La mejor forma de luchar contra esa molesta sensibilidad dental es la prevención. No esperes, pide cita ya en nuestra clínica dental en Xàtiva.
